nos amó con delirio hasta la muerte.
No hay otro amor igual, ni amor más fuerte.
Su gran amor es celestial hoguera.
Resucitó el Señor...Ya es primavera;
rejuvenece el Orbe y se convierte
en vergel florecido. De esta suerte,
verdea el monte, el árbol, la pradera.
Muestra así Dios su poderoso brazo
expandiendo su huella al infinito;
nada impide su impulso creador.
Muerto en la Cruz en generoso abrazo,
surge en la Tierra un clamoroso grito
¡Dios es Amor, Amor y más Amor!.