1. Lectura
a) Texto del día
Lucas 21,20-28: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su desolación. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella; porque éstos son días de venganza, y se cumplirá todo cuanto está escrito.
¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Habrá, en efecto, una gran calamidad sobre la tierra, y cólera contra este pueblo; y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación».
Lucas 21,20-28: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su desolación. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella; porque éstos son días de venganza, y se cumplirá todo cuanto está escrito.
¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Habrá, en efecto, una gran calamidad sobre la tierra, y cólera contra este pueblo; y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación».
b) Contexto histórico y cultural
Continúa, Jesús, exponiendo a sus discípulos profecías acerca de sucesos por venir, como el fin del Templo de Jerusalén que ellos acababan de admirar sorprendidos, y sobre el más lejano, pero inevitable, final de los tiempos que algún día habrá de venir.
2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)
Manifestándose están ya los signos
Manifestándose están ya los signos:
incesante angustia ante tanto horror,
acompañada de llanto y dolor
que hasta tambalea a los, del bien, dignos.
No importe no lo hayamos antes visto,
¡ciclo de males, conjunto fatal!,
liberados seremos ya del mal
con la segunda venida de Cristo.
Amén.
Manifestándose están ya los signos:
incesante angustia ante tanto horror,
acompañada de llanto y dolor
que hasta tambalea a los, del bien, dignos.
No importe no lo hayamos antes visto,
¡ciclo de males, conjunto fatal!,
liberados seremos ya del mal
con la segunda venida de Cristo.
Amén.
3. Oración
Ánimo me das
Hoy ánimo me das
ante tan gran horror,
y no tengo temor
aunque hay calamidad
pues Tú me hablaste ya;
gracias te doy, Señor.
Amén.
Hoy ánimo me das
ante tan gran horror,
y no tengo temor
aunque hay calamidad
pues Tú me hablaste ya;
gracias te doy, Señor.
Amén.
4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).
5. Acción
Al ánimo,
en medio de tantas dificultades que azotan al mundo;
a la confianza en Cristo,
nuestro Redentor,
se me invita en este día.
Tú eres mi auxilio y mi salvación,
confío en ti, Señor.
Amén.
en medio de tantas dificultades que azotan al mundo;
a la confianza en Cristo,
nuestro Redentor,
se me invita en este día.
Tú eres mi auxilio y mi salvación,
confío en ti, Señor.
Amén.