(Pensamiento del santo Cura de Ars)
Los buenos cristianos que trabajan en salvar su alma están siempre felices y contentos;
gozan por adelantado de la felicidad del cielo;
serán felices toda la eternidad.
Mientras que los malos cristianos que se condenan siempre se quejan,
murmuran, están tristes… y lo estarán toda la eternidad.