Contraste

(Lucas 10,22: Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar)
No les gustó el contraste;
no les agradó quien vino;
en lugar de cuna de oro, 
sobre pajas nace el niño;
su maestro no es escriba,
tampoco ningún rabino,
su madre y un carpintero
le enseñaban el camino;
lo querían con esplendor
y lo hallaron campesino
que no andaba en un corcel
sino a pies o en burrito.
Para algunos, vana espera,
tan sólo tiempo perdido:
no poder reconocer
que, de Dios, ese es el Hijo;
pero para los pequeños,
Jesús, salvador y amigo,
vino y sigue hoy viniendo
cuando el corazón le abrimos.

Amén.