Reconciliado contigo

(Ezequiel 18,30b: Conviértanse y apártense de todas sus rebeldías, de manera que nada los haga caer en el pecado)
Reconciliado contigo
por tu divina clemencia,
muy grata me es la indulgencia
que me convierte en tu amigo,
aunque merecía un castigo.
Te pido, Señor, la ayuda
para una actuación sesuda
y evitar la recaída
que me aparta de tu vida;
¡que, al pecado, mi alma eluda!

Amén.