Como David

(Marcos 12,36: El mismo David ha dicho, movido por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies)
Era ascendiente en la carne,
mas descendiente en la fe,
pues ya te anunciaba él
como su Señor bien grande.

Hoy además de ensalzarte,
como David, yo también,
mi Señor, te llamaré
con gran gozo al salmodiarte.

Amén.