Tú, que devuelves la vida

(Lucas 7,15: El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se lo entregó a su madre)
Tú, que devuelves la vida,
te pido que me reanimes
como a ese que revives,
para que luego te siga
y a todo el mundo le diga
que, en ti, la muerte no existe.

Amén.