(Lucas 11,28: Jesús le respondió: Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican)
Con tu Espíritu, ilumíname,
Señor, e inunda mi corazón,
en este instante de oración
pues quiero de ti llenarme;
gusto, por tu Palabra, dame,
y una actitud de conversión
que me llene de emoción
al leer orando, de hoy, tu mensaje.