¡Señor, nos has traído la paz!

(Lucas 24,36: Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes»)
Necesitábamos esa paz
pues muy grande era la turbación
que teníamos en el corazón
porque no veíamos tu faz.

Al verte, recibimos solaz,
dejó de existir la confusión;
discúlpanos por la reacción;
¡Señor, nos has traído la paz!