A nuestro lado camina

(Lucas 24,15: Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos)
Siendo desapercibida
su presencia tan discreta,
Jesús siempre nos alienta
y a nuestro lado camina.

Con su presencia divina,
al notar nuestra tristeza,
Él provee fortaleza
cuando el ánimo declina.

La Escritura nos explica,
a Moisés y los profetas,
para que la mente entienda
y que la fe siga viva.

Al quedarse en nuestra vida,
conocemos su presencia
al sentarse en la mesa
cuando parte la comida.