El asado está sabroso

(Juan 21,9: Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan)
El asado está sabroso
y no es por el pescado;
es que ese es un bocado
de un cocinero grandioso.

Su menú no es nada soso,
está bien condimentado;
y el platillo preparado
satisfaría hasta a un oso.

Cuando el chef salió del foso,
después de resucitado,
su alimento ha dejado
para un caminar glorioso.