Libra mis ojos de la muerte

Himno de la Liturgia de las Horas
Libra mis ojos de la muerte; 
dales la luz que es su destino. 
Yo, como el ciego del camino, 
pido un milagro para verte. 
Haz de esta piedra de mis manos 
una herramienta constructiva; 
cura su fiebre posesiva 
y ábrela al bien de mis hermanos. 
Que yo comprenda, Señor mío, 
al que se queja y retrocede; 
que el corazón no se me quede 
desentendidamente frío. 
Guarda mi fe del enemigo 
(¡tantos me dicen que estás muerto!) 
Tú que conoces el desierto, 
dame tu mano y ven conmigo.