Miedo

(Mateo 14,31: En seguida, Jesús le tendió la mano y lo sostuvo, mientras le decía: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?»)
Señor, ¡qué miedo!
ante este evento
que es un mal viento;
¿cómo procedo?

Seguir, no puedo,
si no te siento;
dame tu aliento
que infunda el credo.

No es desespero,
pero en las sienes,
dolor, no quiero.

Entre vaivenes,
sufriendo espero;
¿cuándo es que vienes?

Amén.