Ya estamos en Adviento

(1 Tesalonicenses 5,23: Que el Dios de la paz los santifique plenamente, para que ustedes se conserven irreprochables en todo su ser –espíritu, alma y cuerpo– hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo)
Percibo todo distinto;
mi alma parece que danza
pues todo huele a esperanza.
No es sentimiento sucinto,
hoy me lo dice el instinto:
muy diferente es el viento;
que un cambio viene, ya siento;
del cielo escucho una arenga:
¡no hay nada que le detenga
pues ya estamos en Adviento!