discípulo amado;
Señor, a tu lado
mi espíritu irrigo;
y sobre tu pecho
coloco mi oído;
y amor, no latido,
oigo satisfecho:
diástole: amor;
sístole: amor;
¡el ritmo perfecto
del eterno afecto!
Bienvenidos a mi página con temas provenientes de documentos de la Iglesia, de escritos de los santos, de autores tanto clásicos como contemporáneos y algo de mi humilde autoría, donde siempre encontrarán palabras de vida eterna