Tu Espíritu Santo,
esclarecedor y animador,
te pedimos ahora, Señor;
así a tu mensaje santo
le desvela el manto
y nuestro interior
recibirá su esplendor;
con Él, mi ánimo levanto.
Amén.
1. Lectura
a) Texto del día
Marcos 6,45-52: Después que se saciaron los cinco mil hombres, Jesús enseguida dio prisa a sus discípulos para subir a la barca e ir por delante hacia Betsaida, mientras Él despedía a la gente. Después de despedirse de ellos, se fue al monte a orar. Al atardecer, estaba la barca en medio del mar y Él, solo, en tierra.
Viendo que ellos se fatigaban remando, pues el viento les era contrario, a eso de la cuarta vigilia de la noche viene hacia ellos caminando sobre el mar y quería pasarles de largo. Pero ellos viéndole caminar sobre el mar, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, pues todos le habían visto y estaban turbados. Pero Él, al instante, les habló, diciéndoles: «¡Ánimo!, que soy yo, no temáis!». Subió entonces donde ellos a la barca, y amainó el viento, y quedaron en su interior completamente estupefactos, pues no habían entendido lo de los panes, sino que su mente estaba embotada.
Marcos 6,45-52: Después que se saciaron los cinco mil hombres, Jesús enseguida dio prisa a sus discípulos para subir a la barca e ir por delante hacia Betsaida, mientras Él despedía a la gente. Después de despedirse de ellos, se fue al monte a orar. Al atardecer, estaba la barca en medio del mar y Él, solo, en tierra.
Viendo que ellos se fatigaban remando, pues el viento les era contrario, a eso de la cuarta vigilia de la noche viene hacia ellos caminando sobre el mar y quería pasarles de largo. Pero ellos viéndole caminar sobre el mar, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, pues todos le habían visto y estaban turbados. Pero Él, al instante, les habló, diciéndoles: «¡Ánimo!, que soy yo, no temáis!». Subió entonces donde ellos a la barca, y amainó el viento, y quedaron en su interior completamente estupefactos, pues no habían entendido lo de los panes, sino que su mente estaba embotada.
b) Contexto histórico y cultural
Jesús, que se se había retirado a orar luego de despedir a la gente a quienes alimentó al multiplicar panes y peces, camina sobre las aguas en la noche provocando asombro y temor en sus discípulos a quienes calma al hablarles.
2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)
Cuando empieza la tormenta
Cuando empieza la tormenta
tu llegada me conforta,
y si es fuerte no me importa
porque Tú eres quien la enfrenta.
Y si la duda comienza
tu Palabra la controla
para que, del temor, la ola,
de ningún modo me venza;
el consuelo de un "no temas"
asegura mi custodia,
contra el temporal, ¡victoria!:
se doblegan los problemas.
Señor, pronta es tu asistencia,
sobre todo auxiliadora,
ya la mar se encuentra ahora
sosegada en tu presencia.
Cuando empieza la tormenta
tu llegada me conforta,
y si es fuerte no me importa
porque Tú eres quien la enfrenta.
Y si la duda comienza
tu Palabra la controla
para que, del temor, la ola,
de ningún modo me venza;
el consuelo de un "no temas"
asegura mi custodia,
contra el temporal, ¡victoria!:
se doblegan los problemas.
Señor, pronta es tu asistencia,
sobre todo auxiliadora,
ya la mar se encuentra ahora
sosegada en tu presencia.
3. Oración
Confianza y fe
Confianza y fe en ti me pides,
Señor, en la tempestad;
confiar en que me acompañas
y, en tus manos, todo está;
tener fe, aunque parezca
esta barca zozobrar.
Amén.
Confianza y fe en ti me pides,
Señor, en la tempestad;
confiar en que me acompañas
y, en tus manos, todo está;
tener fe, aunque parezca
esta barca zozobrar.
Amén.
4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).
5. Acción
A la confianza
y a la fe en Jesús,
en medio de las dificultades,
se me invita en el día de hoy;
¡confío en ti, Señor!
esa es mi acción,
con la ayuda de Dios.
Amén.
y a la fe en Jesús,
en medio de las dificultades,
se me invita en el día de hoy;
¡confío en ti, Señor!
esa es mi acción,
con la ayuda de Dios.
Amén.