Señor que has de venir

(Lucas 3,15: Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías)
Señor que has de venir,
que la espera no me canse,
ni me haga desesperarme,
porque tarde en ocurrir;
ayúdame a insistir
y por siempre esperarte.

Amén.