(Lucas 14,3: Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: «¿Está permitido curar en sábado o no?»)
No sabría decir qué me duele más,
indiferencia o la enfermedad;
ignorar sufrimiento es crueldad;
por eso, Señor, sé que algo Tú harás.
Me miras, sufres, esto va a acabar;
aunque a otros les falte la bondad.
¡Es sábado! ¿harás la caridad?
¡Misericordia no puede parar!
Amén.