Valioso tesoro

(Mateo 13,44: El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo)
¡Gran ventura mía!;
valioso tesoro,
más que perla, oro,
y que agua en sequía
para seca ría.
Ahora no demoro,
pronto me enamoro
con gran alegría
de tu compañía.
Ya en tu Reino moro
y hasta oigo el coro
y una sinfonía
con bella letanía
cuando yo te adoro,
Señor, mi tesoro,
en la Eucaristía.

Amén.