En la barca duermes

(Mateo 8,24: De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía)
Veo cómo en la barca duermes
cansado, eterno viajero,
y cómo al divino sueño
bravas olas estremecen
sin conseguir que Tú ceses
seguir en pos de tu anhelo.
Igual confianza yo quiero:
tranquila tener la mente,
cuando, por tu causa, enfrente
los impetuosos vientos.

Y para combatir miedos,
ejemplos diste a la gente;
al decir: "Calla, enmudece",
viento y mar se adormecieron.
Contigo, también yo puedo;
porque es a Ti que obedecen.

Amén.