Ante la presencia eucarística

(Lucas 9,16b: los partió y los fue entregando a sus discípulos para que se los sirvieran a la multitud)
Hoy aquí ante la presencia eucarística
en la cercanía del Pan de los Cielos,
es un torrente de paz que yo siento
en una comunicación tan íntima.

Jesús, en esta humilde especie física
se queda como fuente de consuelo
de los que estamos en gran desespero,
sin que pierda Él su grandeza intrínseca.

Por eso hoy al que, por mi, fue la victima,
yo aquí en adoración le venero
mientras que con su presencia me lleno
en una indescriptible aura tan mística.