(Juan 15,1-2: Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía)
Señor, de tu vid quiero ser sarmiento
que reciba de la savia jugosa,
que da a cada uva santidad sabrosa
y en racimos que, poco sería, un ciento.
¡Oh viñador!; a todo tan atento:
a hojas secas, la oportuna poda;
pronto viene, restaura y acomoda
a los sarmientos que combate el viento.
La unión contigo es el ligamento
que garantiza la vendimia toda.
Amén.
que reciba de la savia jugosa,
que da a cada uva santidad sabrosa
y en racimos que, poco sería, un ciento.
¡Oh viñador!; a todo tan atento:
a hojas secas, la oportuna poda;
pronto viene, restaura y acomoda
a los sarmientos que combate el viento.
La unión contigo es el ligamento
que garantiza la vendimia toda.
Amén.