Lectura orante del Evangelio del Domingo (Ciclo C) de la Semana 2 de Cuaresma: Lucas 9,28-36


Auxílianos, Señor, con tu Espíritu Santo, en este tiempo en que estaremos orando con tu Palabra, para entender el mensaje que nos trae, y disponernos a aplicarlo en nuestra vida. Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Lucas 9,28-36: En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con Él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén.

Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con Él. Y sucedió que, al separarse ellos de Él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías», sin saber lo que decía. Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle». Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.

b) Contexto histórico y cultural

Luego de haber recorrido ampliamente la región de Galilea, con eventuales incursiones en los territorios paganos aledaños, Jesús está a punto de emprender un crucial viaje a la región de Judea y a la capital Jerusalén, donde le espera la cruz. En este pasaje de la transfiguración, el objetivo de Jesús es mostrar un avance de su gloria a los tres discípulos más cercanos a él, para fortalecer la fe de ellos, ante la prueba que habrían de pasar al tener que ver a su maestro sufriendo en la cruz.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

De tus amigos, aquel terror

De tus amigos, aquel terror,
quisiera tenerlo en mi memoria:
Moisés y Elias, sagrada historia;
tus vestiduras en resplandor;
desde la nube, la voz tenor
que, de tu Palabra, la victoria,
ya anunciaba como trayectoria
de poder vencer al tentador.

Transfigúrame a mi, por favor,
te pido, como pausa expiatoria
que sea una linea divisoria
y, con fe, seguirte con ardor;
y, lleno de Ti, tras el sopor
habiendo contemplado tu gloria,
a todos, con jubilosa euforia,
anunciarles que Tú eres Señor.

Amén.

3. Oración

Contemplar

Señor, ¡contemplar, pueda yo, tu gloria!;
manifiéstate a mi como a aquellos tres
y ese anticipo que diste en la historia
a ellos, también a mí Tú me lo des
hoy, y que sea constante esa euforia.

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A escuchar al Hijo amado del Padre,
y a contemplar su gloria,
estoy llamado en este día.
Tu Santo Espíritu me ayude a hacerlo, Señor.
Amén.