No sólo se mata con cuchillo

(Mateo 5,22: Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego)
No sólo se mata con cuchillo
u otro tipo de arma material;
a tu hermano lo puedes matar
al ofenderle con tu galillo.

Es igual que tirar del gatillo,
si se insulta con odio bestial;
en balas se convierte tu hablar
y tu discurso pierde su brillo.

Si el ultraje es tan sólo descuido,
la ofensa puede ser criminal;
pues si no existe disculpa verbal,
éste continua siendo homicidio.

Por eso lo mejor es cariño
y la tolerancia en la amistad;
si hay una riña, aunque sea venial:
¡la reconciliación y el olvido!