Señor, Señor

(Mateo 7,21: No son los que me dicen: «Señor, Señor», los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo)
Mucho en mí hay por corregir:
caminos en el error;
haber causado dolor;
desvíos, ni que decir.

No es falta de información:
tu Palabra dicha está
y en el aire fluye ya;
hoy me arrepiento, perdón;

de ella seré cumplidor,
erigiendo sobre roca;
y no sólo con la boca
llamarte ¡Señor, Señor!

Amén.