Lectura orante del Evangelio del Viernes de la Semana 32 del Tiempo Ordinario: Lucas 17,26-37


¡Auxiliame con tu Espíritu Santo!

¡Auxiliame con tu Espíritu Santo!,
clamo en este momento, Señor,
que al leer tu Palabra en oración,
me dé del Cielo un adelanto,
y que produzca en mi un encanto
que transforme mi corazón,
para que lleno de emoción
te anuncie por todos los cantos.

Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Lucas 17,26-37: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como sucedió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca; vino el diluvio y los hizo perecer a todos. Lo mismo, como sucedió en los días de Lot: comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; pero el día que salió Lot de Sodoma, Dios hizo llover fuego y azufre del cielo y los hizo perecer a todos. Lo mismo sucederá el Día en que el Hijo del hombre se manifieste.

Aquel día, el que esté en el terrado y tenga sus enseres en casa, no baje a recogerlos; y de igual modo, el que esté en el campo, no se vuelva atrás. Acordaos de la mujer de Lot. Quien intente guardar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará. Yo os lo digo: aquella noche estarán dos en un mismo lecho: uno será tomado y el otro dejado; habrá dos mujeres moliendo juntas: una será tomada y la otra dejada». Y le dijeron: «¿Dónde, Señor?». Él les respondió: «Donde esté el cuerpo, allí también se reunirán los buitres».

b) Contexto histórico y cultural

En ruta Jerusalén, Jesús instruye a sus discípulos acerca de temas diversos; ahora la temática se orienta al caracter escatológico del día de su manifestación al mundo; el día nadie lo sabe, por lo que estar preparados es la actitud sensata.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

Manifiéstate ahora

Manifiéstate ahora, Señor,
es muy difícil esperar más;
y si es como un parto, que sea ya,
así pronto cesará el dolor.

Así, la fragancia del amor,
sobre todo aroma primará,
y al reinar por siempre tu verdad,
en vez del viento, se oirá tu voz.

Aguarda a tu Señor

Aguarda a tu Señor confiado;
que vendrá, es un hecho seguro;
que no te llegue descuidado
al creer lejos el futuro;
¿tentaciones?: ¡mucho cuidado!

Amén.

3. Oración

Ya te me manifestaste a mi, Señor;
ahora ayúdame a mantener viva la llama
para que el día en que vendrás a todos,
Tú me encuentres preparado.
Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A la espera confiada
del día de la manifestación del Señor,
me invita la Palabra de hoy;
esa es mi acción,
con tu auxilio, Señor.
Amén.