1. Lectura
a) Texto del día
Lucas 10,13-16: En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido. Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».
Lucas 10,13-16: En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido. Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».
b) Contexto histórico y cultural
Corozaín o Corazín y Betsaida eran dos ciudades de la región de Galilea en que Jesús realizó gran parte de su predicación, por encontrarse cercanas al lago de Genesaret, relativamente próximas a la ciudad de Cafarnaún, que Jesús había utilizado como su principal centro de operaciones; en tanto que tanto Tiro como Sidón eran ciudades paganas ubicadas en el Líbano. Jesús cita el contraste de actitudes entre ambos pares de ciudades, israelitas y paganas, donde las primeras no creyeron y las segundas sí.
2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)
¡Gravísimo error!
No haber creído, ¡gravísimo error!
peor aún los que hoy no creen tampoco,
como si lo que has hecho fuera poco:
encarnación, muerte y resurrección.
Imposible es no llamarte Señor;
ante tu grandeza me sobrecojo,
pues todo lo que hoy observan mis ojos
son manifestación de tu amor.
Por las Corozaín de hoy, oración;
por las Betsaidas actuales mis votos;
por quienes en Ti no creen, hoy te imploro
para lograr en ellos conversión.
Amén.
No haber creído, ¡gravísimo error!
peor aún los que hoy no creen tampoco,
como si lo que has hecho fuera poco:
encarnación, muerte y resurrección.
Imposible es no llamarte Señor;
ante tu grandeza me sobrecojo,
pues todo lo que hoy observan mis ojos
son manifestación de tu amor.
Por las Corozaín de hoy, oración;
por las Betsaidas actuales mis votos;
por quienes en Ti no creen, hoy te imploro
para lograr en ellos conversión.
Amén.
3. Oración
Milagros de tu amor
Todos los portentos tuyos
son milagros de tu amor
por toda la humanidad:
de la vida ser coautor
como la Palabra actuante,
del pecado redentor
como el gran liberador,
además de salvador;
y si eso fuera poco:
de tu Espíritu dador
para quienes se convierten
y, hacia el Padre, conductor;
también hoy y cada día:
de mis quejas, receptor,
que son siempre abundantes.
¡Jesús, Tú eres mi Señor!
Amén.
Todos los portentos tuyos
son milagros de tu amor
por toda la humanidad:
de la vida ser coautor
como la Palabra actuante,
del pecado redentor
como el gran liberador,
además de salvador;
y si eso fuera poco:
de tu Espíritu dador
para quienes se convierten
y, hacia el Padre, conductor;
también hoy y cada día:
de mis quejas, receptor,
que son siempre abundantes.
¡Jesús, Tú eres mi Señor!
Amén.
4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).
5. Acción
A la conversión a Dios
y a Jesucristo, el Señor,
estoy invitado en este día;
es mi acción,
para siempre,
desde hoy,
sin vacilación;
con tu ayuda Señor.
Amén.
y a Jesucristo, el Señor,
estoy invitado en este día;
es mi acción,
para siempre,
desde hoy,
sin vacilación;
con tu ayuda Señor.
Amén.