Lectura orante del Evangelio del Lunes de la Semana 30 del Tiempo Ordinario: Lucas 13,10-17


Señor Jesús, Palabra encarnada, Dios que habría de venir, pedimos en este día que ilumines nuestra mente y nuestro corazón, con la luz tu Santo Espíritu para interpretar adecuadamente el mensaje que hoy nos traes, para que nuestra oración sea de tu agrado y nos conduzca a vivir rectamente. Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Lucas 13,10-17: En aquel tiempo, estaba Jesús un sábado enseñando en una sinagoga, y había una mujer a la que un espíritu tenía enferma hacía dieciocho años; estaba encorvada, y no podía en modo alguno enderezarse. Al verla Jesús, la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad». Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó, y glorificaba a Dios.

Pero el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en sábado, decía a la gente: «Hay seis días en que se puede trabajar; venid, pues, esos días a curaros, y no en día de sábado». Le replicó el Señor: «¡Hipócritas! ¿No desatáis del pesebre todos vosotros en sábado a vuestro buey o vuestro asno para llevarlos a abrevar? Y a ésta, que es hija de Abraham, a la que ató Satanás hace ya dieciocho años, ¿no estaba bien desatarla de esta ligadura en día de sábado?». Y cuando decía estas cosas, sus adversarios quedaban confundidos, mientras que toda la gente se alegraba con las maravillas que hacía.

b) Contexto histórico y cultural

Los judíos había llevado hasta el extremo la interpretación del descanso sabático instituido en la ley de Moisés, llegando al extremo de hasta cuantificar la cantidad de pasos permitidos ese día; Jesús es Señor del sábado, y para Él la misericordia no puede descansar.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

Tienes pena del sufrido

Tienes pena del sufrido
y sus penas calmarás
pues te afligen a ti mismo:
todos, vienes a sanar.

A nosotros has venido,
impedir, nadie podrá,
que te acerques como amigo
y tu bondad vengas a dar.

Para otros soy tullido,
un deforme y nada más;
que visto como mendigo,
me han querido despreciar;

para ti: de Dios, otro hijo
a quien Tú pides amar
como un hermano querido
que necesitado está.

Amén.

¿Sólo un resort?

Si el día del Señor fuera descansar,
sin importar del hermano el dolor,
el cielo sería sólo un resort
para los que pueden vacacionar.

3. Oración

Te pido, Señor,
un corazón que ame
y se compadezca de los que sufren;
que mire y encuentre a esos dolidos
que nos rodean y que con frecuencia ignoro;
que amándolos a ellos,
te ame a ti.
Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

Encontrar y atender
a los sufridos de mi entorno
es mi compromiso hoy;
no ignorarlos nunca,
será mi objetivo siempre.
Amén.