Lectura orante del Evangelio del Jueves de la Semana 27 del Tiempo Ordinario: Lucas 11,5-13


Ven Espíritu Santo a iluminar la mente de los que vamos a orar en este momento de encuentro con la Palabra de Dios; danos la sabiduría y el entendimiento para discernir y orar lo que leamos; y la fuerza y ánimo para aplicar en la vida lo que habremos de orar. Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Lucas 11,5-13: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: ‘Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle’, y aquél, desde dentro, le responde: ‘No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos’, os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite.

Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!».

b) Contexto histórico y cultural

Instruyendo a sus discípulos acerca de la oración, Jesús les enseña a ellos, y a nosotros hoy, acerca de la persistencia confiada de nuestras peticiones a Dios.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

Pedir, buscar y llamar

Pedir y pedir, siempre pedir
a Dios; cosas buenas el dará
a aquel que persiste sin cesar,
pues quien le pide va a recibir.
Si, como Él, soy con el infeliz,
mi premio pronto me llegará.

También toda gracia hay que buscar
aun la tengas frente a tu nariz
porque al hallarla vas a reír;
¡siempre quien busca habrá de encontrar!

Y por nada dejar de llamar,
tocar y tocar, hay que insistir;
aunque la puerta tarde en abrir,
el que esté adentro despertará;
pero quien siempre será cordial
será el Padre Dios al acudir.

3. Oración

Te pido, Señor, por mi familia, por mi hogar, por mi esposa, por mi hijo, por mis hermanos en la fe, por los que van a orar con tu Palabra en este día, por los que no creen en Dios, por los que no son cristianos, por todos mis amigos, por los que no son mis amigos, por mi vecindario, por mi ciudad, por mi país, por el mundo entero; finalmente, también te pido por mi y mi ministerio; para que todos recibamos y sintamos el inmenso amor que manifestaste en la cruz, al morir por todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y culturas, para que al convertirse a Dios fuesen salvos. Que aceptemos ese amor, amando a Dios, a nuestros hermanos y al mundo entero.
Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A Dios. pedir, pedir y pedir;
buscar, buscar y seguir buscando;
llamar, llamar y volver a llamar;
ese tiene que ser mi accionar de hoy.
Amén.