Santo Espíritu, de dones, fuente,
desciende a iluminar nuestras mentes
y a ablandar nuestros corazones;
para que así nuestras intencionescon la Palabra de Dios se orienten,
y sintiendo como el Señor siente,
el mensaje que Él nos expone
lo convirtamos hoy en acciones.
Amén.
1. Lectura
a) Texto del día
Juan 6,52-59: En aquel tiempo, los judíos se pusieron a discutir entre sí y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo enseñando en la sinagoga, en Cafarnaúm.
Juan 6,52-59: En aquel tiempo, los judíos se pusieron a discutir entre sí y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre». Esto lo dijo enseñando en la sinagoga, en Cafarnaúm.
b) Contexto histórico y cultural
Comienza la parte final del sustancioso discurso del Pan de Vida pronunciado por Jesús en Carnaúm a la muchedumbre que comió en la multiplicación de los panes y los peces, intentando hacerles conscientes de verdadero significado de ese signo. A partir de ahora se endurece progresivamente la postura de los judíos.
2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)
Tu cuerpo y sangre en divino menú
Tu cuerpo y sangre en divino menú;
en que, del gran sacrificio, el cordero
en ofrenda de amor, te entregas Tú.
Sin perder nunca tu celestial fuero
dejas un signo lleno de virtud
donde eres comida y camarero;
es plato fuerte que me da salud,
con aderezo de amor y piedad,
con el que das vida en infinitud.
Tu cuerpo y sangre, comida en verdad,
Sacramento en que Tú llegas a mí;
probar ahora, ¡qué oportunidad!,
el manjar del cielo, ya desde aquí.
Amén.
Tu cuerpo y sangre en divino menú;
en que, del gran sacrificio, el cordero
en ofrenda de amor, te entregas Tú.
Sin perder nunca tu celestial fuero
dejas un signo lleno de virtud
donde eres comida y camarero;
es plato fuerte que me da salud,
con aderezo de amor y piedad,
con el que das vida en infinitud.
Tu cuerpo y sangre, comida en verdad,
Sacramento en que Tú llegas a mí;
probar ahora, ¡qué oportunidad!,
el manjar del cielo, ya desde aquí.
Amén.
3. Oración
Señor, tengo hambre
de tu Cuerpo y de tu Sangre;
dámelos por siempre,
para así librarme de la muerte.
Amén.
de tu Cuerpo y de tu Sangre;
dámelos por siempre,
para así librarme de la muerte.
Amén.
4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).
5. Acción
Comer y beber
el Cuerpo y la Sangre de Cristo,
es mi acción de hoy;
la asiduidad en esa acción,
es mi compromiso por siempre.
Amén.
el Cuerpo y la Sangre de Cristo,
es mi acción de hoy;
la asiduidad en esa acción,
es mi compromiso por siempre.
Amén.