Lectura orante del Evangelio del Viernes de la Semana 5 de Pascua: Juan 15,12-17


Ven, Espíritu, en unción

Ven, Espíritu, en unción,
al escuchar mi clamor;
inúndame con tu amor
inspirando mi oración:
¡que salga del corazón!,
y que para hacerlo se abra
por la acción de la Palabra
de Dios que es penetrante;
ese instrumento cortante
que puede hacerme una labra.

Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Juan 15,12-17: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Éste es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros».

b) Contexto histórico y cultural

En la conversación de despedida del Señor con sus discípulos, no podía faltar el amor como tema básico. Habiendo manifestado amor en todo el tiempo de la formación que ha dado al grupo, ahora lo deja establecido como un mandamiento, no sólo como la regla de convivencia entre ellos, sino para todas las generaciones de todos los tiempos.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

El Amor pide que amemos

El Amor pide que amemos,
en un mandamiento nuevo;
igual que como Él nos ama,
amarnos también, nos manda.

No nos considera siervos,
sino amigos del Maestro;
es una amistad que hermana
a toda la raza humana.

Amar siempre, todo el tiempo,
aunque haya contratiempo,
de Jesús, es la enseñanza
que, cumpliéndola, nos salva.

Amén.

3. Oración

Gracias, Señor,
por llamarme "amigo";
gracias por tu cercanía;
gracias por tu amor;
que ese amor que me has dado
lo pueda yo expresar a todos
amando siempre,
y, como Tú,
ser de ellos amigos.
Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

En este día, a amar, estoy invitado;
amar al hermano:
al cercano y al lejano,
como Tú me has amado;
es mi acción, a realizar con tu ayuda, Señor.
Amén.