Lectura orante del Evangelio del Jueves de la Semana 1 de Adviento: Mateo 7,21.24-27


Espíritu Santo, ven e ilumínanos; danos la sabiduría y el entendimiento que viene de Dios, para orar hoy con su Palabra y transformar nuestra vida. Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Mateo 7,21.24-27: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina».

b) Contexto histórico y cultural

El pasaje del día de hoy es la parte final del llamado "sermón del monte" o "sermón de la montaña". Mateo coloca este prolongado discurso de Jesús, pronunciado ante una multitud de seguidores, luego de haber llamado a sus primeros discípulos. Consiste en un conjunto de enseñanzas sapienciales que contienen la esencia del mensaje de Jesús.

La montaña, desde la óptica judía, representaba la cercanía a Dios, que está en lo alto. Así como Moisés subió al monte Horeb para aproximarse a Yahveh y recibir la ley, Jesús sube con la gente a un monte alto para allí transmitirles la verdadera sabiduría, aquella que conduce a Dios.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

Señor, Señor

Mucho en mí hay por corregir:
caminos en el error;
haber causado dolor;
desvíos, ni que decir.

No es falta de información:
tu Palabra dicha está
y en el aire fluye ya;
hoy me arrepiento, perdón;

de ella seré cumplidor,
erigiendo sobre roca;
y no sólo con la boca
llamarte ¡Señor, Señor!

Amén.

3. Oración

Ayúdame, oh Dios,
a construir la torre de mi fe
y de mi esperanza
en la base sólida de tu Palabra
y en la roca firme de la caridad;
que las acechanzas del enemigo
y las ilusiones pasajeras de este mundo
no me desvíen de buscar el verdadero señorío
que sólo está en tu Hijo Jesús.
Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

6. Acción

Tu Palabra me conduce hoy
a reconocerte como mi Señor,
no sólo de boca, sino de hecho:
con mi actuar y mi proceder;
poniendo en práctica tu mensaje
que es amor y es caridad.
Amén.