(Del poeta español Lope de Vega (1562-1635))
En mi alma el desengaño
tan grande escarmiento ha hecho,
que huyo de mi provecho
con el miedo de mi daño.
Un desengaño nacido
de los engaños pasados,
buen Jesús, en que he vivido,
hoy a vuestros pies sagrados
con lágrimas me ha traído.
Vuestra cruz en ellas baño;
alzad, Señor, la cabeza,
mirad piadoso mi daño,
para que tenga firmeza
en mi alma el desengaño.
Con sangre, Cordero santo,
por mí a Dios, satisfacéis,
y yo a vos, llorando tanto;
y así, os ruego que juntéis
con vuestra sangre mi llanto.
Ir al infierno derecho
por mis pecados me vi,
y ya voy a vuestro pecho,
porque su temor a mí
tan grande escarmiento ha hecho.
Si anduve loco y altivo
entre perdidos esclavos,
ya no seré fugitivo,
asido de vuestros clavos
y de vuestro amor cautivo.
Aquí llorando deshecho,
pienso vivir y morir;
no digan, pues me habéis hecho,
los que me vieron huir
que huyo de mi provecho.
Mis lágrimas doy en prenda
a vuestra sangre vertida;
desde aquí juro la enmienda;
que a quien dio por mí la vida
no es bien que yo se la venda.
Prometo dejar mi engaño
con el amor de quereros,
y doy con más desengaño
palabra de no ofenderos
con el miedo de mi daño.