¡Oh Santísima Virgen!
¡Tesoro de Santidad,
Fuente de justicia,
cielo vivo y animado,
abismo y océano de gracias!
Dignaos, Vos que sois la esperanza de los cristianos,
la Reina de los ángeles,
y la Señora de todas las criaturas,
hacernos partícipes de la felicidad
y de la gloria que gozáis en el cielo,
en donde estáis elevada hasta el trono de vuestro divino Hijo.
Amén.