No pierde el sol su hermosura por la falta grave,
pero no se hace visible en el alma.
Como si sobre los ojos se colocara un paño negro;
seguirá brillando el sol, aunque el que tiene la venda oscura no percibe su esplendor.
¡Ojalá comprendieran todos la desgracia que significa el pecado mortal!
Las tinieblas se adueñan del alma entera y hasta se interponen en el pensar y querer.
La inteligencia se ciega y la voluntad se entorpece.
No dejemos de pedir, cada día, que nos libre de tan grave mal, a donde todos podemos caer.