Desigual sube y baja

(Lucas 22,19: Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía»)
Desigual sube y baja:
suben los llantos junto a los ruegos,
dolor con ellos viaja,
igual los vanos egos
y también suben los desasosiegos;

acarrean pecados
del pensamiento, de obra y omisión
que, a Dios, son desagrados;
a su ley, infracción;
son aceptados si hay contrición;

baja, entonces, perdón
de Dios; es anulada la condena;
es conmiseración
aún merezca gehena;
nuestra miseria no le es ajena;

también baja el mensaje
de Dios; Palabra que siempre es veraz
que, contrario al ultraje,
la falsía y lo mendaz,
es voz que trae paz, viva y eficaz.

Luego sube la ofrenda
de un escaso valor material
lejano a oro o prenda:
aun de trigo de erial,
pan, y nuestro humilde vino en grial;

y al momento central,
del Espíritu, baja la unción;
rito sacrificial
en la consagración
de la Eucaristía en comunión.

Dios nos da la ventaja;
a nosotros, el saldo es positivo;
lo que damos es paja
y Él nos da un Pan vivo:
Cuerpo y Sangre de Cristo en donativo.