Fe cristiana y utopías de futuro intramundanas

(Texto de la autoría del sacerdote y teólogo Karl Rahner)

El cristianismo es una religión con escatología; mira al futuro; hace sobre lo que ha de venir declaraciones obligativas, en cuanto que aclara lo que vendrá, y considera eso que ha de venir como el punto decisivo de orientación para obrar en el presente. Aclara incluso, que con la encarnación del Logos eterno de Dios en Jesucristo, ha comenzado ya el futuro definitivo, que el futuro está ya decidido en su sentido y contenido últimos, habiendo de ser sólo revelado lo que ya es y permanece; el cristianismo no conoce ya historia de la salvación alguna, abierta en un sentido último, sino que declara, que desde Jesucristo, que es hoy, ayer y por toda la eternidad, está ya aquí propiamente el fin de los tiempos, y que nosotros por tanto vivimos en los tiempos últimos, en la plenitud del tiempo, no teniendo a la postre otra cosa que hacer, si no es, a saber, esperar la venida del Señor glorificado, aunque esta espera, contada con medidas de tiempo terrenas, pueda resultarnos larga y puede prolongarse miles y miles de años terrenos a través de ese instante de quietud de tiempo final antes de la irrupción de lo propio y definitivo. El cristianismo se entiende a sí mismo como la religión del futuro, como la religión del hombre nuevo y eterno. El cristianismo por tanto no puede ser indiferente frente a una interpretación, planeamiento y utopía del futuro, que viniendo de cualquier otra parte, quiera determinar la actitud del hombre a su respecto. Pero tampoco se puede dudar que la situación espiritual del hombre de hoy está esencialmente determinada por un proyecto del hombre nuevo y futuro. El hombre de hoy se siente profundamente como quien ha de superarse a sí mismo hacia un futuro nuevo y completamente distinto, como una naturaleza, cuyo presente se justifica sólo como condición de su futuro, pensando este futuro propio que le justifica no -escatológicamente- como don de Dios, que suprime la historia temporal, sino como lo que el hombre crea y conquista para sí mismo.