Igual que Zaqueo:
ladrón y chiquito,
Señor, yo lo admito,
pecado es que arreo.
No amar es un robo:
todos, has amado,
y amar has mandado;
¡amar hasta al lobo!
Y en cuanto a bajito,
no es por la estatura
ni falta de altura;
es porque te evito;
pero en lo adelante
más de cuatro veces,
yo daré con creces
cariño faltante.
Me dices, Señor:
da frutos de amor.
Amén.