(2 Corintios 4,7a: Sin embargo, se trata de un tesoro que guardamos en vasijas de barro)
De barro, vasija,
de pobre apariencia;
por sí, sin valencia,
Dios de ella se fija.
A Dios, pide encuentro,
más que una visita
pues su alma le grita:
"te quiero aquí dentro;
de Ti, ser Sagrario,
en todo momento;
más que un juramento,
sea mi vivir diario".
¿Y puede lo Santo
estar entre el lodo?
¿El Creador de todo
en un sucio canto?
De barro, vasija,
de pobre apariencia;
por sí, sin valencia,
Dios de ella se fija.
Amén.