Solo, yo no estoy

(Juan 16,8: Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio)
Solo, yo no estoy, Señor;
el Paráclito está aquí,
hálito enviado por ti
como auxilio y defensor;
indispensable instructor
que me orienta en cada acto
a evitar lo putrefacto
y desde el bautismo está en mí;
hoy, para sentirte a ti,
indispensable contacto.