San José es un modelo
por ser un hombre virtuoso
de incontables cualidades
que nos educan a todos;
y es "maestro" la primera
de las que ahora menciono:
educó él al niño Jesús
y hoy también lo hace a nosotros.
Lo que su mente no entiende
no le lleva al alboroto;
bien cauto, pero sereno,
a Dios, él no le fue sordo;
fue obediente y desprendido
y, a su plan, no fue un escollo.
En la familia: protector;
buen padre, excelente esposo
en aquel virginal amor;
responsable y cuidadoso.
En general: trabajador,
un obrero laborioso
de vida casta y ejemplar;
hombre justo y religioso.
¿Qué decir de su silencio
y de su anónimo modo
siempre en un segundo plano?:
¡emanaba por sus poros
la humildad y la sencillez
de un estilo siempre sobrio!
Su memoria hoy celebro
venerando jubiloso
al que tuvo a su cuidado
a quien ha salvado a todos.