En Jesús se cumplen los profetas

(Mateo 12,16-18: Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías: Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección...)
En Jesús se cumplen los profetas;
el mismo Dios que viene a su pueblo
en la humildad de un sencillo Siervo
para acercar a todos la meta.

Con su oráculo en modo de alerta,
a todos dice, sin ser grosero,
cuál es el camino del sosiego
en una sociedad turbulenta.

En Él es nuestra última espera
hasta el juicio del final del tiempo,
donde triunfantes con el Cordero
tendremos la interminable fiesta.

Amén.