La victoria es tuya

(1 Tesalonicences 4,14: Porque nosotros creemos que Jesús murió y resucitó: de la misma manera, Dios llevará con Jesús a los que murieron con él)
La victoria es tuya,
mía la salvación;
en resurrección
se oiga el aleluya.

Me da alegría:
¡sigue nuestra alianza!
Muy grande esperanza
das al alma mía,
pues abres la vía
que a tu Reino alcanza.

Amén.