(Mateo 21,28-30: Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: "Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña". El respondió: "No quiero". Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: "Voy, Señor", pero no fue)
A cuanto me invitas, Señor,
quiero decir que sí;
al arrepentimiento,
quiero decir que sí;
a la conversión,
quiero decir que sí;
a la invitación al amor.
quiero decir que sí;
a la reconciliación,
quiero decir que sí;
a estar atento a tu regreso,
quiero decir que sí;
a anunciar que vienes,
quiero decir que sí;
a trabajar por tu reino,
quiero decir que sí;
y cuando te diga que no,
ayúdame, Señor, a que ese "no"
se convierta en "sí".
Amén.
Amén.