(Mateo 10,28: No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena)
No quiero prometerte como Pedro,
de Iglesia, roca; aunque tuvo miedo;
más bien te pido que me des la fuerza
de tu Espíritu en cada prueba,
para poder vencer mis propios miedos;
y ser fiel a ti, siempre sea mi credo.
Amén.