(Juan 10,9: Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento)
Señor Jesús, Buen Pastor
que mueres por tus ovejas,
sin protección no me dejas
cuando viene el salteador.
Al redil de salvación,
me dices que eres la puerta;
de las falsas, haya alerta,
pues llevan donde el ladrón.
Al oír tu afable voz,
seguirte es la ruta cierta
que evita la vía muerta,
la del destino atroz.
Pero oveja inquieta aún soy,
hasta se diría traviesa,
desobediente que pesa;
Pastor ven guíame hoy.
Amén.
Pero oveja inquieta aún soy,
hasta se diría traviesa,
desobediente que pesa;
Pastor ven guíame hoy.
Amén.