(Lucas 24,30-31a: Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron)
Caídos ánimos, al suelo, flojos;
son los míos, sin Ti, Señor Jesús;
incomprensión y dudas, hasta enojos
como los caminantes de Emaús;
ven parte tu pan y abre hoy mis ojos.
Amén.
son los míos, sin Ti, Señor Jesús;
incomprensión y dudas, hasta enojos
como los caminantes de Emaús;
ven parte tu pan y abre hoy mis ojos.
Amén.