Faltante

(Mateo 26,26: Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen y coman, esto es mi Cuerpo»)
Sin ti, nada es igual,
gran faltante que hoy se siente
como de un Cielo silente:
no oigo tu voz habitual.

Sin acto penitencial,
ni proclama de Palabra;
sin un Prefacio que abra
la Plegaria del ritual
que convierte el celestial
Pan que tanto mi alma ansía.
La paz que se compartía
no se siente, ¿dónde está?;
encontrarla quiero ya;
sin ella: ¡vida vacía!

¡Sacramento, vida mía!,
apagado estoy sin Ti;
no quiero seguir así.
¡Me haces falta, Eucaristía!