El llanto de un niño,
el dolor de un enfermo,
el sufrido lamento
del hambriento sin guiso;
los que están en el piso
que no vale su esfuerzo;
los que pierden su puesto
de trabajo al proviso.
Esto no es paraíso
pues no es justo y es cruento,
que por nada comprendo
porque Dios no lo quiso.
Es por eso mi Cristo
que estoy siempre en Adviento.