(Salmo 143,8: Que yo experimente tu amor por la mañana, porque confío en ti; indícame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma)
Todos los portentos tuyos
son milagros de tu amor
son milagros de tu amor
por toda la humanidad:
de la vida ser coautor
como la Palabra actuante,
de la vida ser coautor
como la Palabra actuante,
del pecado redentor
como el gran liberador,
además de salvador;
además de salvador;
y si eso fuera poco:
de tu Espíritu dador
para quienes se convierten
de tu Espíritu dador
para quienes se convierten
y, hacia el Padre, conductor;
también hoy y cada día:
de mis quejas, receptor,
que son siempre abundantes.
¡Jesús, Tú eres mi Señor!
de mis quejas, receptor,
que son siempre abundantes.
¡Jesús, Tú eres mi Señor!
Amén.